LAS TRES GRANDES CONCENTRACIONES históricas de población y capital en Hego Euskal Herria.

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Lauburu

crecimiento_de_la_poblacion_en_EH”Los elementos de oportunismo acumulados durante décadas de desarrollo relativamente pacífico crearon la corriente del socialchovinismo imperante en los partidos socialistas oficiales del mundo entero. Esta corriente (…) socialismo de palabra y chovinismo de hecho, se distingue por la adaptación vil y lacayuna de los ‘jefes’ del ‘socialismo’ no solo a los intereses de ‘su’ burguesía, sino, precisamente, a los de ‘su’ estado, pues la mayoría de las llamadas grandes potencias hace ya largo tiempo que explotan y esclavizan a muchas nacionalidades pequeñas y débiles. Y la guerra imperialista es precisamente una guerra por la partición de esta clase de botín. La lucha por arrancar a las masas trabajadoras de la influencia de la burguesía en general y de la burguesía imperialista en particular, es imposible sin una lucha contra los prejuicios oportunistas relativos al ‘Estado”.(1)

Vladimir Ilich Ulianov, Lenin.

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     En la tabla adjunta saltan a la vista las grandes masacres que costó a la población vasca la introducción del capitalismo y su jerarquización imperialista como nación derrotada militarmente. En la Guerra de la Convención, en una comparativa de censos, – aunque poco fiables a tener en cuenta – , hubo una caída de la población de 20.000 personas, a lo que se unió la desamortización por parte de los ayuntamientos de tierras comunales, aprovechando el momento, para financiarse. El sufrimiento de la población durante la los seis años de la Guerra Napoleónica no fue el menor, sin duda, de las cuatro guerras que impuso el capitalismo a esta nación, último vástago de la Europa Preindoeuropea.

     En la I Guerra Foral, ateniéndonos a los datos proporcionados por el bien informado cónsul ingles F. Bacon, comparado con el censo de 1842, hay una perdida de población de 88.000 personas, resultado de una masacre brutal, el 14,5% de la población (2). En concreto, además de las bajas de guerra, el cese de la natalidad, y el posterior exilio, el general español Baldomero Espartero tomó la táctica de destruir las cosechas sistemáticamente, al parecer solo pudo hacerlo en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, razón por la cual las divisiones nabarras del Ejército Vasco – Basque Army (3)–  estaban en posición de rechazar el Abrazo de Bergara. Tamaña catástrofe equivaldría a la pérdida de 6,5 millones de pobladores hoy en la escala estatal. Por comparación, se estiman un millón de muertos en la Guerra Popular Ibérica contra el Fascismo, pero según esta proporción hubieran sido 4 millones.

     Sobre la base poblacional restante el capitalismo comenzó a despuntar en 1841 en Hego Euskal Herria con la primera fábrica de Santa Ana de Bolueta y con la primera fábrica de papel continuo de Tolosa, La Esperanza. A la altura de 1854, sobre esa pequeña acumulación en marcha, surge el Banco de Bilbao.

     La recuperación de la población en los siguientes quince años, sobre una base poblacional capitalista antigua o comercial, fue notable, casi 200.000 personas, incluso mediando la peste de 1854. En cambio, en los siguientes 20 años y sobre esa misma base, se produjo una ”gran emigración”, aumentando cuatro veces menos. Teniendo en cuenta que la Segunda Guerra Foral de 1873-1876 ocurrió algo antes del censo, es de sospechar que, aunque probablemente menor y con cierta emigración, también hubo otra masacre o gran decrecimiento por sufrimiento de penurias de guerra en la población y gran exilio.

     Pero el dinamismo del crecimiento de la población no se frenó, y restando los aportes externos en 1900 era de 850.000 personas, mediada otra emigración de decenas de miles de jóvenes de toda Nabarra a América. De esto se deduce que el verdadero retroceso del euskara se produjo, más que por las legislaciones imperialistas españolas, por los grandes movimientos y decrecimientos económico-políticos de población del siglo de la introducción del capitalismo en Euskal Herria, el siglo XIX.

     Al contrario de lo que se cree, a finales del siglo XIX, el proletariado endógeno bizkaino conoció perfectamente lo que fueron las minas industriales. Cuando se desencadenó la demanda de hierro no fosfórico, sus levas resultaron no ser suficientes para colmar la demanda de fuerza de trabajo por parte del capital bizkaino. Además, la emigración juvenil para eludir el servicio militar español, por motivos políticos nacionales vascos y sociales relativos al salario y las aspiraciones personales, reducía el contingente proletario endógeno, y como con el paso del tiempo el proletariado endógeno conocía mejor de qué se trataba ese aspecto del progreso de ‘el mercado’, procuraba eludir la minería capitalista industrial, pero aún así, no siempre podía driblarla, sobre todo cuando aprendieron a eludir también la acción de los ganchos que prometían las américas a cambio de una cierta y respetable cantidad. A la altura de 1910 el proletariado endógeno constituía el 25% de la fuerza de trabajo minera y el 75% en los Altos Hornos, en lo que se refiere a Bizkaia (4).

     Es precisamente por el incremento de la demanda de hierro no fosfórico que, en Bizkaia, en el ciclo largo 1873-1902, para poder proseguir la acumulación los capitalistas hubieron de importar a 80.473 pobladores nuevos, – registrados oficialmente pero probablemente fueron más -, de los cuales 60.000 eran inmigrantes extranacionales y además en su mayoría de la nación dominante (5), a un territorio en el que vivían 195.864 personas, y a un valle, el del Ibaizabal, donde en 1877, cuando empezó el movimiento migratorio, había no más de 70.000 pobladores. Y esto porque la población todavía no estaba concentrada.

     Parte de las energías materiales que alimentaban el discurso político de Sabino Arana respondían a la contradicción planteada por ese, para aquel entonces, gran movimiento de población. Otra parte respondía a la crítica de las masas populares vascas, que habían compuesto el movimiento foralista vasco, al partido carlista, que ya no correspondía a sus aspiraciones sociales y nacionales en los territorios en que ya estaba instalado el predominio del capitalismo industrial. Esos grandes movimientos de población de finales del siglo XIX fueron facilitados por las redes ferroviarias previamente tendidas, a su vez un gran negocio para el capital bizkaino, estatal e internacional.

     Para entender el momento histórico que le tocó vivir a Sabino y a Sabino, baste decir que una medida de comparación de ese movimiento de población con la actualidad sería que al estado español ingresarán 18 millones de personas en 20 años, previo perder una guerra. ¿Es posible hoy un movimiento de población de esa envergadura?

     Sea como fuere, aquella población migrante de 80.473 personas, por cierto, salió de lugares que entonces comenzaron a quedar despoblados. En Gipuzkoa, aunque en menor medida, también comenzó una concentración de población, pero los inmigrados eran principalmente nabarros y alaveses, por lo que el choque cultural y político fue menor que en Bizkaia en ese ciclo. Es precisamente entonces cuando el Norte de Nabarra comenzó a quedar despoblado.

    Posteriormente, hasta 1930, el capital consumió (como mercancías a su disposición) otros 85.000 pobladores que vinieron a Hego Euskal Herria mientras terminaba de consumir el grueso de la retaguardia demográfica capitalista comercial de Hego Euskal Herria.

     Para entonces casi la mitad de la población que sostenía la acumulación del capital bizkaino era importada y en gran parte extranacional, pero era el resultado de una concentración de población y capitales, y no una colonización, aunque la ocupación militar impuesta desde 1876 continuaba. Que no era una colonización puede comprobarse en que los centros catalán y madrileño de acumulación de capital experimentaron concentraciones de población similares, y sus correspondientes furiosas explotaciones hasta la consunción de gran parte de esos jóvenes obreros inmigrados (6).

     Más tarde, entre 1950-1980, solo se pudo sostener la acumulación de capital en Hego Euskal Herria importando 750.000 pobladores (7), – de los cuales el 24% era fuerza de trabajo cualificada, e incluso una parte de ellos cuadros del régimen fascista con consciencia imperialista antivasca -, a un país donde había alrededor de 1.500.000 de pobladores. Pero tampoco fue una colonización, como se puede comprobar en que, otra vez, Barcelona y Madrid también absorbieron masivamente población proletaria, concentrándola en sus centros de acumulación.

     Hoy ya no hay retaguardia demográfica, la del país ya no existe, y la del cuadrante noroeste de la península también ha sido consumida fundamentalmente entre los centros de concentración y acumulación de capitales de Madrid y de Hego Euskal Herria.

Concentración y alargamientos de la población.

     Todo esto quiere decir que el capitalismo industrial no ha multiplicado por cinco a la población vasca, lo que ha hecho ha sido expandirla por dos y medio, pero ello lo ha logrado, previo detenimiento o ralentización del crecimiento endógeno durante un siglo, tras restar, concentrándola, la población de otros lugares capitalistas comerciales, que han quedado despoblados o semi-despoblados, dentro y fuera del país. Estaríamos hablando, pues, de un crecimiento real de entorno al 30% del conjunto de la población causado por el capitalismo industrial, PERO basado fundamentalmente en la prolongación de la duración de la vida.

     Esta observación es importante porque es prácticamente lo mismo que ha pasado en todos los países capitalistas industriales a lo largo de los siglos XIX y XX, – sin olvidar la especificidad nabarra del detenimiento poblacional por las guerras imperialistas que padeció en el siglo XIX – , y conduce a la tesis de que el proceso capitalista de reproducción ampliada, realmente, para reproducir las mismas relaciones de producción, contrapone a las fuerzas productivas con las fuerzas reproductivas, especialmente tras alzarse, consumiéndola, sobre la base de una abundancia de población con impulso propio de crecimiento, propia del capitalismo comercial anterior. Y lo hace cada vez en mayor escala.

     Hasta ahora, el capitalismo industrial o de reproducción ampliada toma su dinamismo en realidad de esta población que aún crece como cuerpo colectivo, ( ciclos de acumulación que podrían cronificarse así: 1844-1873/ 1878-1902/ 1903-1930/ 1931-1950 y 1950-1980 ) pero cuando ha consumido esa población, el capital, volcado en su reproducción ampliada, ya no solo contrapone sino que, además, pone en contradicción fuerzas productivas y fuerzas reproductivas.

     El descenso de la abundancia de población adicional se inició en 1980 en Hego Euskal Herria y se terminó de asentar completamente en 1990, yendo la media de la escala estatal a la zaga pero en el mismo rumbo, mientras la europea va por delante en el decrecimiento poblacional.

   En la escala global, estaría en superfase biopolítica descendente el 25% de la población mundial; entrando en ella estaría el 50%, en la parte de población de los llamados países emergentes, como los famosos BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica.); y llegando a ella el resto de los países (8).

     Quede esto para el debate, teniendo una cuestión en cuenta, la idea de abundancia de población, incluso de superpoblación absoluta, que día tras día se nos lanzan como una verdad palmaria los neomalthusianos, no se corresponde con lo observado en las formaciones-económicas ya industrializadas. Mientras que, las poblaciones que están terminando de crecer a escala mundial, a medida que se industrializan y entran masivamente en relaciones sociales de producción de tipo capitalista salarial, entran en un sistema político de producción de plusvalía que sin suministro de sobrepoblación fluyente no funciona. Es decir, el mismo problema que hoy se plantea en el Hemisferio Norte se planteará en todas las formaciones sociales que están entrando en el capitalismo industrial.

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NOTAS

(1)  ‘‘El Estado y la Revolución.” V.I.U, Lenin.

(2) En términos de crecimiento: ”el conjunto de Baskonia había aumentado su población entre 1787 y 1877 a un ritmo del 0,43% anual acumulativo.*

Compárese con el aumento de la población de Gales e Inglaterra entre 1811-1861, teniendo en cuenta el vaciado de Irlanda y los 18 años de guerras sobre el territorio que soportó Nabarra en ese siglo, más un saldo migratorio negativo entre 1857-1877 de 87.371 personas**:
1811-1821: 1,533%
1821-1831: 1,446%
1831-1841: 1,326%
1841-1851: 1,216%
1851-1861: 1,141%

En cambio, entre 1877-1900, la población bizkaina ”creció” al 1,98%, y entre 1900-1930, al 1,51%. Y lo mismo que en Inglaterra creció la acumulación de capital a espuertas, lo mismo ocurrió en la Bizkaia de se periodo.

*Historia económica del País Vasco-Navarro. Desde los orígenes hasta los comienzos del siglo XXI. Roberto G. Álvarez Llano. Biblioteca Arellano Isusquiza. Pág, 299.

** El Capital. Ilustración de la ley general de la acumulación capitalista. Karl Marx.

(3) Así lo denomina F. Bacon en su Six years in Biscay: On the 6th June, the division under Espartero, which had fallen back upon Bilbao, after the disastrous affair of the Descarga, marched by Castrojana upon Balmaseda. Being unable to keep the field against the Basque army, the queen’s general did right in retiring; for his forces, blockaded in the town, would only have served to consume the stores and provisions the sooner, and to deprive the northern army of two of its best divisions.

(4) Unos diez mil obreros vascos y otros diez mil inmigrados. Hay que señalar que una acumulación basada en la minería, por cuanto el capital constante resulta gratuito, o provisto por la naturaleza, entrega gran plusproducto y tanto más cuanto mayor sea la prolongación de la jornada de trabajo. Este fue el caso de Bizkaia, donde los jóvenes de los campesinados vasco y castellano eran superexplotados hasta la consunción.

(5) Hay que hacer constar que la sobreoferta abundante de fuerza de trabajo pasado un límite desborda al capital, e históricamente la ha utilizado para realizar agresiones imperialistas. Así, se estabiliza internamente al drenar conflictividad social contra las relaciones de producción capitalistas, y además hasta puede lograr plusvalía de saqueo. Este no fue el caso del capital-imperialismo español en la Guerra de Cuba:

”’Entre el 30 de junio de 1895 y el 30 de junio de 1898 se enviaron a Cuba 180.431 soldados, 6.222 oficiales, 6.015 jefes y 20 generales. Sumados a estos los aproximadamente 12.000 que formaban la guarnición de la isla al estallar la contienda, la cifra de militares españoles en Cuba superó los 200.000 hombres. Cayeron en combate: un general, 60 oficiales y 1.314 soldados. Sobrevivieron a sus heridas: 463 oficiales y 8.164 soldados. Murieron de fiebre amarilla: 313 oficiales y 13.000 soldados; de otras enfermedades, 127 oficiales y 40.000 soldados.”*

En suma casi 55.000 bajas mortales, de lo que se libraron quienes pagaron 1200 pesetas para no ir a la guerra.
*”El hambre en España.” Miguel Ángel Almodovar. Pág, 189.

(6) Una colonia en el capitalismo compra los productos de la metrópolis, con mayor valor agregado, y exporta materias primas a bajo precio, lo cual no es el caso, los colonos reciben daciones de tierras, a cambio de servicios militares que cultivan o arriendan, lo que si bien es cierto para militares españoles del siglo XIX, no se sostiene para obreros inmigrados cuya único suelo que reciben han de pagarlo con brutales cargas de renta del suelo. Euskal Herria no es una colonia, es un territorio obrero sometido, en rango de gran explotación mancomunada entre burguesías, a la propiedad capitalista de las fuerzas productivas en el centro capitalista industrial imperialista. Pero también es un territorio imperialista en la misma medida que exporta los capitales sobreacumulados a la búsqueda de superganancias, en países coloniales y semicoloniales.

(7) Euskadi ¿dónde vas? ¿por qué?. Margarita Ayestaran y Justo de la Cueva

(8) Lo cual es sabido desde hace más de una década: Población, presente y futuro.

”’Según el informe de 1995 sobre Desarrollo Humano de Naciones Unidas,en 1992 la población alcanzó los 5.400 millones de personas y crecía a un ritmo estimado del 1,5% anual. Según esto en el año 2000 habrá 6.100 millones de personas, y aproximadamente 7.000 millones diez años más tarde.

Sin embargo el crecimiento demográfico está lejos de ser homogéneo en todo el mundo. Mientras que los países industrializados experimentan una tasa decrecimiento muy moderada inferior al 0,5%anual, la de los países en vías de desarrollo es del 1,8% anual. No es de esperar que estos últimos sigan creciendo en el futuro a un ritmo tan acelerado, ya que esto implicaría duplicar su población cada 39 años. Y en realidad, si examinamos la dinámica del crecimiento demográfico, comparando la tasa de crecimiento de 1960 con la estimada de 1992 al año 2000, se observa un descenso significativo del 2,3% al 1,8%. Parece que el proceso de industrialización está provocando la misma reacción en los países actualmente en vías de desarrollo que la provocada en los países industrializados en los dos últimos siglos,primero un crecimiento acelerado y luego la estabilización e incluso un ligero descenso.”*

En cambio la tasa de crecimiento en 2010 fue de 1.129**
* ”El dilema del empleo. El futuro del trabajo. Informe al Club de Roma”. Orio Giarini / Patrick M.Liedtke. Página 121
** Total Midyear Population for the World: 1950-2050. International Data Base.

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